Conversando con un amigo ganadero, me explicaba lo necesario que son los cambios radicales en la agricultura cubana.
Como productor de leche, me explicaba que era necesario el ordenamiento de la comercialización lechera en su territorio y en el país. Que como parte activa del proyecto de seguridad alimentaria, sabe que este lácteo es necesario para la sociedad en general, mas ve la incuestionable e imperiosa necesidad que se destraben los mecanismos de control de la calidad de la leche, pago inmediato, venta liberada de la producción no contratada, compra en los mercados de ofertas y demandas de sus insumos materiales, así como retribución tecnológica al esfuerzo de trabajo, porque tiene sus manos lastradas y dolorosas del ordeño manual.
Tal como muchos ganaderos privados, mi amigo no duerme o mejor vigilan día y noche su ganado productivo, caballar y de tracción animal. Todo un rito diario que los lleva al desgaste físico, espiritual y político, a él y su familia toda. Agregase las disimiles reuniones, discusiones y promesas incumplidas por el estado que no es capaz de sostener una política coherente en esta actividad agraria deprimida y desacreditada por la mala atención que se les brindan a sus productores.
Mi amigo lleva más de 30 años como productor lechero y a portador de ganado para la matanza por desecho productivo. El se lamenta de no poder disponer de un animal para el consumo alimentario familiar, aun siendo de su propiedad, mientras que ha experimentado la pérdida de más de 10 reses por sacrificio ilegal, por matarifes inescrupulosos que zacean la demanda ilegal de sus carnes al mercado negro de consumidores y revendedores. La crianza de estos tipos de animales, corren el riesgo continuo de ser despojados de uno o varios ejemplares, incluso en una misma noche. Basta cualquier fallo en la vigilancia para que se produzcan el hurto y el sacrificio.
El me comentaba la necesidad de mantener la protección del ganado en corraletas seguras, con adecuada iluminación, naves techadas y pavimentadas, sistemas de alarmas, así como le permitan la inversión y compra de los recursos para la instalación de los tanques de biogás (energía renovable) y la recuperación de los desechos para la atención agroecológica de su finca.
También me explicaba que la falta de recursos de trabajo como botas ganaderas, cubetas para la recogida de la leche, coladores lecheros, medidores de la densidad de la leche para conocer su calidad, sombreros ganaderos, polainas, monturas, frenos, espuelas, sogas, herraduras, medicinas para la atención veterinaria eran entre tantos los recursos que necesita para elevar la producción lechera y de ceba.
Lamentablemente, mi amigo es asociado a una institución que no le aporta beneficios, porque no está especializada en la actividad ganadera que desarrolla, pero tampoco puede asociarse porque no existe libertad de asociación productiva que le permita desarrollarse plenamente como productor privado, por lo tanto sigue siendo un productor tradicional rudimentario. Su esperanza es que algún día puedan ver la ayuda solidaria de personas que le colaboren a levantar su finca ganadera. ¡Nosotros podemos hacerlo, vamos a colaborar
—Háganos llegar su donación material o financiera para este productor y a otros productores cubanos—
No hay comentarios:
Publicar un comentario